Tras marcar cifras récord mes a mes las ventas de vivienda con la llegada del programa a Mi Casa Ya, desde comienzos del 2023, e incluso antes, comenzó a frenar. El declive en las ventas se marcó a doble dígito por los cambios en el programa que subsidia a los compradores de Vivienda de Interés Social (VIS), al ser estos el 70% de las comercializaciones del sector. Con unos ajustes que cambiaron los requisitos en el programa, miles de compradores quedaron en el limbo para acceder a su alivio financiero y acceder a la escritura pública de sus inmuebles. Además, aquellos que generaron un plan de pagos contemplando este dinero, se enfrentarían a un nuevo trámite: la sisbenización, de la cual dependería de un puntaje para acceder a este alivio. En cuentas de la Cámara Colombiana de Construcción (Camacol), a abril, cerca de 52.000 hogares se encontraron en un trancón para acceder a este subsidio, además, dependían de la asignación del subsidio Frech (a la tasa) para completar sus negocios. Si bien este panorama con el paso de los meses y una asignación presupuestal se ha ido solucionando, el gremio ha sido enfático en la necesidad de brindar un esquema de transición de los hogares para no generar cambios bruscos en sus modelos financieros. Pese a esto, el gremio ha percibido con el paso de los meses, que la nueva asignación ha sido de manera más lenta lo que podría provocar que a fin de año se presente una situación similar a la vivida en el primer trimestre del año. “Los dos subsidios tienen que estar para entregar
la vivienda y esa fue la situación que se dio el año pasado. Este año las cifras son claras. De un lado, la Ministra de Vivienda ha dicho que con la adición presupuestal vamos a tener 75.000 subsidios a la cuota inicial, pero apenas vamos a tener 52.000 coberturas”, señaló Guillermo Herrera, presidente de Camacol. De esta manera, el diferencial, que vienen siendo 23.000 subsidios, continuará generando un ruido al menos de esa cantidad de hogares que esperan el alivio este año. Asimismo, en las proyecciones del gremio se esperan entregar 90.000 viviendas, por lo cual los 75.000 subsidios anunciados por el ministerio podrían gastarse . “Además habría 23.000, que si no se igualan con el subsidio a la cuota inicial, pueda repetir la misma historia del año pasado”, reconoce Herrera. Ante esta cuestión, el dirigente gremial señala que la ministra dijo que se iban a igualar el número de subsidios con las coberturas. “Lo que queremos evitar es traumatismo en los hogares que compraron vivienda hace un par de años”, explica, por lo cual están trabajando de la mano para evitar estas implicaciones. ¿Y LA NUEVA DEMANDA? Hay que recordar que el año pasado quedaron pendientes 23.000 viviendas por escriturar a causa de esta situación y, según cálculos de Camacol, se entregarán e n tre 6 5 .0 0 0 y 70.000 este año, lo que da un promedio de 90.000 viviendas que estarían demandando este alivio, al menos, hasta el 2023, lo que hace, que los 75.000 subsidios y 52.000 coberturas sean insuficientes para cubrir la demanda de hogares que compraron sus viviendas bajo otras condiciones. “Esto apenas va a cubrir lo que estaba terminado o lo que se está terminando de aquí a diciembre. En términos de estrategia contracíclica, hay que cubrir esta oferta. La duda que tendrá que cuestionarse el Gobierno y el Congreso es cómo va a quedar el presupuesto el otro año para ver de las otras viviendas que ya están iniciadas, cuántas se van a cubrir el próximo año”, dice. Entre sus cálculos, para 2024, se necesitan entre 65.000 y 70.000 subsidios. Sin embargo, el Gobierno, en el Plan Nacional de Desarrollo, estipula cubrir cerca de 200.000 alivios a la cuota en el cuatrienio, lo cual, restando los 75.000 asignados para este año, dejaría para entrega de cerca de apenas 41.600 subsidios al año. “Tenemos un reto, ajustar la política de vivienda. Por eso era tan importante un régimen de transición, porque si bien, queremos que cada vez la política de vivienda pudiera atender a más hogares de menores ingresos, teniendo en cuenta el crecimiento urbano, con una reducción en los subsidios, ¿cómo vamos a llegar allá?”, manifestó Herrera. Esta situación podría poner a pensar a los hogares que adquirieron un compromiso de compra con sus inmuebles antes del cambio del programa a Mi Casa Ya en abril, pues tendrían que buscar nuevas formas para cubrir esos cerca de 20 Salarios Mínimos Mensuales Legales Vigentes, que deberían de recibir. Además, ante el criterio de Herrera, es necesario tener en cuenta las proyecciones del crecimiento de la economía, que puede ser jalonada por el sector constructor. “Esperamos que los recursos ojalá se pudieran incrementar, pero si no, por lo menos esperamos que la operación de estos subsidios no vuelvan a tener los retrasos que tuvieron en septiembre-octubre y que se empezaron a resolver hasta junio”, concluyó.
Tomado de: https://p.hallon.es/view_pdf.php?sid=15350&cid=1003498297