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‘Fuimos víctimas del éxito que tiene el programa Mi Casa Ya’

En medio de los cambios que se están dando en las políticas de vivienda, la constructora Amarilo está adaptando sus estrategias para seguir desarrollando nuevos proyectos.

En entrevista con Portafolio, Roberto Moreno, presidente de la compañía, explica el plan de expansión en las ciudades pequeñas y medianas, donde Villavicencio y el departamento del Tolima están en la mira.

Además, mostró su apoyo al Gobierno con el programa Mi Casa Ya y con optimismo afirma que “es un buen momento para comprar vivienda”.

Al cumplir 30 años, ¿cómo analizan la evolución de la compañía?

Iniciamos en enero de 1993 con nuestro primer gran proyecto Ciudad Tunal en dos manzanas, con 900 apartamentos de interés social. Desde que iniciamos labores pensamos hacer grandes proyectos urbanos. Esto se hace mediante la confianza que se construye en el sector público y privado, y lo hemos logrado.

Las personas depositan en nosotros sus ahorros, su confianza, sus sueños y debemos hacernos cargo de ellos. Mi abuela me dijo de muy pequeño “tener casa no es una gran riqueza, pero no tenerla puede ser una gran pobreza”. Ese ejemplo me quedó marcado para que encontrar la forma de que miles de personas puedan acceder su vivienda propia.

¿Cuántas personas iniciaron y cómo están ahora conformados?

Al inicio empezamos siendo solo la comercializadora de lo s proyectos, porque otros gerenciaban y construían. Por eso empezamos con un equipo de 10 personas, las directoras de las salas de ventas, una secretaria y yo. Después, los hermanos Mazuera y yo empezamos a trabajar en este proyecto hasta llegar a hoy, donde tenemos a 1.900 empleados directamente. En empleos indirectos, que es mano de obra, tenemos más de 11.000.

¿Cómo perciben la caída en las ventas?

En Colombia se vendieron entre el año 2015 y 2019 cerca de 180.000 viviendas al año. Luego de pandemia, logramos reactivarnos rápidamente por el apetito del mercado.
Se tenían ahorros, había bajas tasas de interés y demanda, la mezcla perfecta. Por eso tuvimos ventas record de 258.000 viviendas prevendidas y en 2022 tuvimos 234.000; fueron preventas muy grandes. Esos proyectos se están construyendo en este momento porque son a 30 meses.

Pero ahora las cosas cambiaron…

Exactamente, la inflación subió, el acero subió, las tasas de interés y todo cambió. Pasamos de tener todos los astros alineados a cambiar para el otro lado.
Pero aprendimos de la crisis de 1999, donde creamos una política de vivienda muy robusta con la creación del Ministerio de Vivienda, con el cual hemos trabajado de la mano.

Anteriormente construíamos y luego vendíamos; no se podían fijar los precios, pero aprendimos y se crearon las fiducias, las preventas, llegar a un punto de equilibrio para las obras y ahí arrancar. Aprendimos a que se debe vender y luego construir.

¿La situación actual va de la mano de otros factores?

Por el tema de que se apalancaron las ventas con un programa muy exitoso que es Mi Casa Ya. Cuando nació este segmento era el 30% de las ventas y hoy es casi el 72%. Fuimos victimas el éxito y muchas familias gracias a este programa se animaron a comprar.

El gobierno anterior tenía presupuestado 30.000 subsidios en el cuatrienio, pero se gastaron en el primer año y al siguiente 25.000, el siguiente 65.000 y el último 75.000.

Llega el Gobierno y ve un proyecto desfinanciado y por eso debemos seguir trabajando y apoyarlo para retomar la senda. Esta situación, sumada a la inflación y las altas tasas, ha impactado. Pero las tasas ya están bajando.

¿Es un buen momento para comprar?

Sin duda. Por que los proyectos se entregan a dos años, las tasas bajarán aún más para ese entonces. Y al momento de tenerlo, ya estará valorizado.

¿Cómo ven los cambios de Mi Casa Ya?

El programa va a seguir, es una coyuntura la que estamos viviendo y lo veo positivo, porque el problema que estamos viviendo es lo vendido, no lo futuro. Nos está doliendo a todos, sí. Hay más de 500 empresas haciendo VIS, es un tejido empresarial que hay que cuidar y desde Camacol y el Gobierno se está buscando cómo desatorarnos y seguiremos adelante. Sobre los cambios, cuando todos sabemos las reglas de juego, nos ajustamos y hacemos las cosas.

¿Cómo va el Grupo?

Desde el año 2015 empezamos este proyecto. Hoy tenemos ocho proyectos de gran escala y queremos replicar este modelo en otras ciudades como en Rionegro, Cali y Cúcuta y queremos integrar a otros actores. Estamos trabajando con Yellowstone Capital Parthners, nuestro fondo de capital privado para poder fondearnos y Cimento, el estructurador y operador de algunos proyectos.

¿Con todo esto cómo esperan cerrar el año?

El año pasado logramos vender más de 13.000 unidades por $3,08 billones y este año la meta es llegar a este mismo rango teniendo en cuenta que el mercado está decreciendo. Vamos a lanzar 42 proyectos, 30 en el segundo semestre.

¿Esperan llegar a más lugares con esta nueva apuesta del Gobierno?

Estamos en 17 municipios, pero estamos mirando desde donde estamos cómo llegar a municipios cercanos. Por ejemplo, en el Meta estamos en Villavicencio, pero queremos estar en Barranca de Upía y en el Tolima estamos en Ibagué y miramos a Venadillo.

Tomado de: https://www.portafolio.co/negocios/empresas/fuimos-victimas-del-exito-que-tiene-el-programa-mi-casa-ya-indica-el-presidente-de-amarilo-584416

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