Los anuncios del Gobierno con respecto a los aranceles y la política comercial de Colombia han elevado el riesgo y la incertidumbre en los exportadores por las implicaciones que conlleva no revisar con lupa y determinar a los directamente implicados en las propuestas arancelarias del país.
En días pasados, con la aprobación de Plan Nacional de Desarrollo, el Gobierno Petro incluyó el artículo 210 el cual propone “promover la defensa comercial de la Nación mediante una política de remedios comerciales y aranceles inteligentes”, con el fin de lograr un equilibrio en las condiciones de competencia para la producción nacional, frente a las importaciones.
Adicional a esta medida se sumó la de renegociar, en caso de que sea necesario, los Acuerdos de Promoción y Protección Recíproca de Inversiones (Appri). El ministro de Comercio, Industria y Turismo, Germán Umaña, aseguró que estos acuerdos tienen unas cláusulas que crearon desequilibrios jurídicos, y también manifestó que el país cuenta con medidas de defensa comercial, como los aranceles, que se usarán en la medida que sea necesario.
“No es que se vayan a subir o a bajar los aranceles, sino que ahora habrá mecanismos más ágiles para la toma de decisiones, cuando sea necesario”, explicó el jefe de la cartera.
El sector del comercio ha manifestado su preocupación por las medidas que se están tomando, manifestando que hay riesgo de que se pierdan acuerdos bilaterales con los países involucrados.
Cabe destacar que durante el primer trimestre de 2023, según los calculos del Dane, las importaciones totales en Colombia sumaron US$16.445 millones, siendo un -13,2% menores a las del mismo periodo del 2022 (US$18.941 millones). Según los datos de la entidad, además del petróleo y sus derivados, los productos no minero-energéticos son los que más se importan y exportan cada mes.
Retomando la discusión de las posibles implicaciones que traería para al país las políticas comerciales, Javier Díaz, presidente de la Asociación de Comercio Exterior (Analdex), en conversación con Portafolio explicó que son preocupantes los anuncios del ministro de la cartera de Comercio, teniendo en cuenta que pueden ser políticas con las que se está de acuerdo, sin embargo, hay riesgo de que puedan ser interpretados de diferentes maneras.
“Desde que vimos el PND advertimos que no nos gustaba ese artículo de aranceles inteligentes porque Colombia ya tiene mecanismos para proteger su producción nacional. Tiene políticas de salvaguardias en derecho antidumping y en derechos compensatorios. La pregunta que tenemos es ¿qué más queremos?”, aseguró.
Ahora bien, desde la perspectiva sectorial, María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana (AmCham), explicó hay unas variables que generan incertidumbre en la inversión estadounidense, como lo es el tema de los aranceles inteligentes y el cambio de condiciones en los acuerdos de inversión.
“En eso hay acciones que generan un proceso de incertidumbre, conocimiento y adaptación. La renegociación de los acuerdos genera más pérdidas que beneficio, el clima de inversión se tornaría más complejo, aumentaría la cautela con la que hoy en día proceden los inversionistas quienes podrían empezar a mirar a otras naciones”, aseguró.
Por otra parte, Javier Díaz, presidente de Analdex, indicó que las negociaciones con China y Asia Pacífico son una opción de política que se debería apoyar. Sin embargo, “una ofensiva diplomática comercial con China es importante. El presidente Petro se va a reunir con este país y creo que la carta de presentación no debería ser que se van a subir los aranceles, si partimos de la base de que el Gobierno quiere proteger al productor nacional con los países que se tiene acuerdo. Entonces quién queda, China. Si eso es lo que se va a presentar, creo que debería replantearse”, concluyó.
Titular: Subsidios y tasas bajas son la punta de lanza del crédito popular
Imagen: Persona con tarjeta de crédito
La estrategia de lograr que más de un millón de créditos populares se desembolsen para quienes no tienen acceso a financiación formal en este cuatrienio comenzó hace pocos días con el concurso de los ministerios de Hacienda, de Agricultura y de Comercio, Industria y Turismo; el Grupo Bicentenario, y Banca de las Oportunidades.
Se trata del programa de inclusión crediticia de la economía popular (EP) “Creo, un crédito para conocernos”, que apunta a atender las necesidades de financiamiento de las unidades productivas de baja escala, tradicionalmente desatendidas, a lo largo del país y en todos los sectores de la economía.
Este plan fue diseñado con el acompañamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y busca ser una estrategia de largo alcance que apunta a cerrar desigualdades y generar financiación accesible y flexible, como una palanca clave para potenciar la generación de desarrollo y bienestar financiero.
De acuerdo con la encuesta de Micronegocios del Dane, al cierre del 2022, de los 5,3 millones de micronegocios en el país, el 30% cuenta con financiación formal. Además, uno de cada cuatro micronegocios que solicitó un crédito lo hizo a través del llamado gota a gota y un hecho preocupante es que este número ha venido creciendo desde la pandemia..
“Los negocios ambulantes, tenderos, recicladores y productores agropecuarios de bajos ingresos necesitan acceder a financiación y desarrollar capacidades financieras para hacer crecer sus negocios o proyectos productivos y por eso se ofrecerán diferentes alternativas que se conviertan en la puerta de entrada al sistema financiero”, señaló Paola Arias, directora de Banca de las Oportunidades.
Las entidades que están adelantando los primeros pasos del plan son la banca pública, que hace parte del Grupo Bicentenario, Banco Agrario, Bancóldex, Finagro, Fondo Agropecuario de Garantías y Fondo Nacional de Garantías.Cómo es
Las entidades, de manera articulada activaron un paquete de servicios financieros y no financieros para apalancar créditos productivos populares a través de la red de proveedores de servicios financieros.
El Banco Agrario de Colombia lidera la colocación de financiación para la Economía Popular y por su parte, el sector financiero cooperativo también ha sido invitado a participar, dada su vocación en la atención en regiones y comunidades urbanas y rurales.
Una tarea es fortalecer y ampliar la red de proveedores de servicios financieros, en especial de las cooperativas, las fintech, los bancos de nicho, las ONG microcrediticias y los bancos comerciales, pero también se busca que impulsar metodologías innovadoras y disruptivas; y acelerar iniciativas gubernamentales, como los esquemas de finanzas y datos abiertos, buscando que las nuevas tecnologías apalanquen la irrigación de créditos.
“Creo, un crédito para conocernos” se cimienta en cuatro ejes: Ofrecer oportunidades de acceso al crédito para quienes tradicionalmente han estado desatendidos, la promoción de metodologías de financiamiento grupal y asociativo, la gestión y acompañamiento en territorio de la población y la generación de capacidades financieras de la EP.
Las entidades del Grupo Bicentenario ofrecerán varios instrumentos inclusivos como garantías silenciosas destinadas a perfeccionar la gestión de riesgos; el financiamiento concesional, para fomentar innovaciones operativas que impulsen el acceso a recursos en condiciones favorables; y un incentivo al buen pago, para promover hábitos financieros saludables.
Los dos primeros incentivos adoptarán un enfoque territorial y de género.
En el primer año se llevará a cabo la implementación progresiva de incentivos en 100.000 operaciones crediticias y reconocerá incentivos específicos para 34.000 operaciones adicionales en el sector agropecuario.
La segunda arista promueve el financiamiento grupal popular activando el tejido social de las comunidades y de grupos que comparten intereses y objetivos comunes. Finagro cuenta hasta con $7 billones para movilizar en las líneas de crédito para el 2023, entre estas se incluyen los esquemas asociativos y de integración.
El tercer pilar busca acercar a los proveedores de servicios financieros con la población.
Ya se lanzaron las ferias de EP, que acercan la oferta de productos y servicios y llevan asesoría y acompañamiento financiero a los colombianos que viven en las zonas apartadas.
La cuarta columna busca crear círculos virtuosos de inclusión financiera y de desarrollo sostenible de las capacidades financieras de la EP.
Como parte del engranaje y como factor habilitante el Gobierno dijo que busca desarrollar un esquema de datos abiertos, tendientes a facilitar la disponibilidad y el intercambio de la información de las personas y las entidades.El Banco Agrario es clave en el plan
En el impulso a la EP y la inclusión financiera, el Banco Agrario ha desembolsado este año $3,2 billones, de los cuales $1,1 billones son las líneas de pequeños productores, mujer rural y joven rural.
“En un trabajo con el Grupo Bicentenario, estamos comprometidos con el fomento a la inclusión financiera y el estímulo a la EP con crédito y requisitos mínimos asequibles”, dijo Hernando Chica Zuccardi, presidente del banco y agregó que también juegan un rol los bancos de segundo piso, en especial Finagro y Bancóldex, para entregar recursos con tasas subsidiadas y que la banca, no solo Banco Agrario, irrigue los recursos a tasas favorables.
Tomado de: https://www.portafolio.co/economia/subsidios-y-tasas-bajas-son-la-punta-de-lanza-del-credito-popular-583502